Había una vez…
Mis abuelos

Había una vez…
Había una vez un niño llamado Miguel que estaba durmiendo en su cama muy agustito. De repente, empezó a notar unos pequeños ladridos y unos lametones en la cara, era su perro Roco que estaba intentando que se despertara por todos los medios. Pero Miguel tenía mucho sueño así que se daba la vuelta y se tapaba con la sábana…
Había una vez una zona muy muy lejana, a la altura del Polo Sur, dónde una inmensa familia de pingüinos se extendía en una explanada de suelo blanco donde corría una ventisca muy fría.
Aunque las condiciones eras duras debido al frío, les encantaba vivir allí ya que tenían que estar siempre muy juntitos para conservar el calor. Todos eran felices sabiendo que podían contar con los demás para sentirse a salvo.
Hugo era un castor muy alegre y sonriente, le encantaba nadar en el río y jugar con sus amigos a juntar palos de madera y crear presas.
Era conocido por su gran sonrisa, tenía dos hoyuelos marcados y profundos que le gustaban mucho a los demás castores.