Había una vez…
Pablo estaba muy nervioso por la vuelta al cole, había pasado el verano con su familia en la playa, en casa de sus abuelos.
Se levantaba por las mañanas, iba a montar en bici con sus primos, iba a la piscina o a la playa con sus padres y sus hermanos, y después de comer salía a jugar, ese había sido un verano genial que siempre recordaría.
Pero como cada año, había llegado la hora de volver a casa y empezar el nuevo curso, algo que a Pablo no le apetecía nada, pues prefería seguir yendo a montar en bici o a pasar el día a la playa con su familia antes que ir al colegio.
Sus padres, le explicaban lo importante que era la vuelta al cole, que también iba a ser divertido, además de que iba a aprender cosas nuevas, y que iba a volver a ver a todos sus amigos.
Pero Pablo seguía triste y nervioso y no había forma de contentarle.
La noche antes del primer día de colegio, Pablo no se quería ir a dormir porque no quería que se terminaran las vacaciones.
Tras un buen rato dando vueltas por la casa y desobedeciendo a sus padres, al final Pablo se metió en la cama y pudo descansar.
Al día siguiente, cuando le dejaron en la escuela, sus padres se quedaron muy tristes al verle tan disgustado, pero sabían que era bueno para él.
Pero cuando le recogieron a la salida, se llevaron una sorpresa al ver a Pablo correr hacia ellos sonriendo y feliz, cuando ellos le preguntaron cómo había ido el día, Pablo contestó:
– ¡Muy bien! He visto a mis amigos y hemos hablado de nuestras vacaciones, y después ha venido la maestra y nos ha contado todo lo que vamos a aprender este curso. ¡Ah! ¡Y hay un niño y una niña nuevos en clase! Teníais razón, la vuelta al cole no está tan mal – sonrió
Y sus padres se alegraron de ver a su pequeño feliz y preparado para afrontar el nuevo curso con ganas y alegría.
Cuento original escrito por: habiaunavezuncuento.com
este cuento es muy lindo para los niños que no quieren volver a clases
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Gracias! Me alegra mucho que te guste!
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