Daniel no quería hermanos

Había una vez…

Un niño llamado Daniel que era muy muy feliz. Vivía con sus padres en una pequeña casita a las afueras de la ciudad, no tenía hermanos, pero no le importaba, pues sus primos vivían cerca e iban al mismo colegio, así que se veían todos los días y jugaban juntos todos los fines de semana. Era como tener hermanos pero siendo el único niño de la casa teniendo todo para él.

cuento infantil

Un día sus padres le llamaron desde el salón: -¡Daniel! ¿Puedes venir un momento por favor?- Daniel salió de su habitación y se acercó al salón, donde se encontró a sus padres sentados, mirándole con una enorme sonrisa mientras esperaban a que se sentara junto a ellos.

Ven aquí cariño, siéntate– dijo su madre mientras le acariciaba el pelo. – Queremos preguntarte algo– continuó.

Daniel se sentó a su lado y miró a su padre que estaba frente a ellos, entonces volvió a mirar a su madre esperando a que empezara a hablar.

Daniel, ¿te gustaría tener un hermanito?– preguntó su madre, – o una hermanita – añadió su padre.

Daniel se encogió de hombros, –no sé– dijo.

Los padres se miraron entre ellos, y su madre prosiguió, –Podrías jugar con él, cuidarle y protegerle, y muy muy importante, tú serías su hermano mayor por y para siempre eso jamás cambiaría.

Ya…– respondió Daniel dubitativo.

Entonces su padre se levantó de donde estaba para estar más cerca de Daniel, se sentó a su lado y, dándole la mano, preguntó: – ¿Qué te ocurre? ¿No quieres tener un hermano o hermana?

Daniel le miró, – No es eso, es que… el primo Carlos dice que su hermano pequeño es muy aburrido porque no hace nada y nunca puede jugar con él, además, que sus padres ya no le hacen tanto caso como antes…

Sus padres se miraron con gesto de preocupación. – Daniel – dijo su padre- a los bebés hay que prestarles mucha atención al principio, ya que dependen de nosotros y sin nosotros no saben comer, ni vestirse, ni ducharse.. por eso hay que cuidar mucho de ellos, igual que hicimos contigo cuando naciste. Pero no hay nada mejor en una familia que un hermano mayor, ya que él puede ayudar a sus padres pero también a su hermano o hermana, puede ver como crece y enseñarle todo lo que sabe.

A medida que su padre hablaba, en la cara de Daniel se iba dibujando una sonrisa. – además, sí que podrías jugar con él cuando creciera un poquito, y cuando fuera más mayor seríais mejores amigos y os contaríais secretos y os cuidaríais y viviríais un montón de cosas juntos que solo vosotros podríais recordar y entender… – añadió su madre.

¿Sería como cuando juego con mis primos?– preguntó el pequeño.

Así es, pero diferente… más especial, aunque tus primos también lo son, seríais un equipo, viviríais las mismas cosas y experiencias.

A Daniel le cambió la cara, ahora se le veía feliz, ya no estaba con cara de preocupación. Se levantó del sofá y dijo – ¡Vale! Entonces sí quiero un hermanito o hermanita-

Y sus padres le abrazaron emocionados sabiendo que podían tener otro hijo y hacer feliz a Daniel.

Cuento original escrito por habiaunavezuncuento.com

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