Relato original escrito por: Había una vez un cuento.com

Faltaban dos semanas para que empezaran las vacaciones de verano y Julia estaba muy nerviosa por la fiesta del colegio.

Era una niña muy alegre, tenía muchos amigos y amigas en el cole y siempre estaba sonriendo. Cuando la profe les dijo que iba a haber una fiesta de final de curso, Julia se puso muy contenta y le dijo a la profesora que le gustaría ayudarla.

La profe se alegró mucho de que Julia se prestara voluntaria, pues había muchas cosas que hacer, y con su ayuda tardaría menos, además, así Julia aprendía el valor de colaborar y participar y podría enseñárselo a sus compañeros.

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Julia y su profe se pusieron manos a la obra, hicieron una lista de todo lo que había que comprar, preguntaron a los demás niños del colegio qué les gustaría que hubiera, pensaron en las canciones que iban a poner para bailar y organizaron grupos de baile para que ensayaran y actuaran el día de la fiesta.

El objetivo era pasárselo bien y hacer cosas divertidas, y así lo hicieron. Durante las dos últimas semanas de colegio, iban a comprar el material y decoraban el patio para dejarlo listo para el gran día.

Otros niños les ayudaban cada día con la decoración, llevaban sillas, ponían manteles en las mesas, colgaban los globos, pintaban carteles y los ponían en las paredes…

Estaban dejando el patio más bonito que nunca y estaban todos muy muy ilusionados.

Cuánto más se acercaba el momento, más nerviosa se ponía Julia.

¿Y si no se oye la música? ¿Y si no viene nadie? – pensaba.

Pero su profe siempre la animaba:

Estas haciendo muy buen trabajo, seguro que viene todo el mundo y sale todo muy bien, ya verás como tanto esfuerzo al final se recompensa, y si no, ¡no pasa nada! Lo hemos pasado en grande planeándolo – decía

Eso reconfortaba a la pequeña Julia:

Tienes razón – contestaba – ¡Lo importante es esforzarse y aprender! Si la gente no quiere venir, ellos se lo pierden, ¡nosotros lo pasaremos genial!

Y volvía a sonreír pensando en lo divertido que iba a ser.

Cuando llegó el gran día, Julia no se lo podía creer, ¡todo el colegio estaba allí!

Los niños, los padres, los familiares, los profesores… no faltaba nadie ¡y se lo estaban pasando bomba!

Ese fue uno de los días más felices de Julia, consiguió que el día fuera inolvidable y todos, todos la felicitaron por su gran trabajo.
Fin

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